Perdón, querido blog. Perdón

Querido blog,

Mea culpa. Arrepentido vuelvo a tu editor de texto, cabizbajo de la vergüenza por este prolongado, prolongadísimo abandono. No pienso escudarme en la falta de tiempo, o en mi socorrida frase de que “lo urgente no deja tiempo para lo importante”. No cavaré una trinchera en la montaña de trabajo que tengo, ni voy a alegar demencia transitoria porque nada, nada justifica el no haberte refrescado ni con una letra en tantos meses. Me abochornan tus telarañas virtuales, los contadores estancados y los comentarios vacíos, a los que solo les falta el arbusto rodante para verse igual que un pueblo fantasma del lejano oeste.

¿Me creerás si te digo que además de estar arrepentido, he hecho votos sagrados para no volver a abandonarte? ¡No me hagas esa cara, querido blog! Esta vez voy tan en serio que estoy dispuesto a sufrir la penalidad del escarnio público. Por eso, con el servidor  y con WordPress de testigos, le doy carta blanca a mis amigos, a mis lectores (que creo que son los mismos y ya nombrados amigos porque de momento son poquísimos) y hasta a mis enemigos (de ellos tampoco estoy seguro) para que me fustiguen sin misericordia cuando pase más tiempo del tolerable sin venir a visitarte con letras frescas.

Atrás quedarán los días en los que se me acumulaban hasta cinco actualizaciones de tu plataforma o tus plugins se caían de tan viejos. No habrá video de Youtube que sea más importante que tú y no volverás a pasar la vergüenza de que alguien que hace clic en mi firma de correo te visite y te encuentre de sorpresa en tan malas fachas.

Mi blog y yo, luego de reconciliarnos

También me comprometo ser detallista contigo: te sorprenderé con uno que otro widgecito novedoso, te regalaré con exclusividad algunas de mis más recientes fotografías (¿dónde dejé las pilas de la cámara?) y te regalaré dentro de poco un nuevo vestido para que estrenes plantilla y no te quejes más de que pareces un retrato.

Tenme fe, queridísimo blog. Viene un mejor tiempo en nuestra relación. Vendré seguido, movido por el gusto de escribir, y con el aliciente adicional de ser juiciosamente observado por los lectores que ahora me toman el juramento y declaran que “si no lo hiciere que Twitter y Facebook os lo demanden”.

¡Brindemos con un tweet!

P.D. Esta semana tengo mucho que hacer así que ya veremos para cuando el próximo post. Jeje… Es broma querido blog. Voy a dejar programada la próxima entrada.