Sin amor

Corrijo un texto en el que me he encontrado con esta acertada y profunda reflexión: “La justicia sin amor te hace implacable. La diplomacia sin amor te hace hipócrita. El éxito sin amor te hace arrogante. La riqueza sin amor te hace avaro. La pobreza sin amor te hace orgulloso. El trabajo sin amor te hace esclavo. La sencillez sin amor te envilece. La oración sin amor te hace introvertido. La ley sin amor te esclaviza. La política sin amor te hace ególatra. La fe sin amor te hace fanático. La cruz sin amor se convierte en tortura. La vida sin amor no tiene sentido”. (Jorge Cotto)

20 segundos

Lo escribí hace mucho pero desde su publicación ha estado en el olvido. En esta ventana, expuesta a la luz e inmune a la polilla, les comparto este cuento breve.

20 segundos

Faltaban sólo 20 segundos para que todo acabara y el marcador seguía empatado. El partido, intenso. Agotados estaban los jugadores por el sacrificio, la tribuna por los nervios y el tablado por el repique incesante del balón. Después de casi 40 minutos de juego lo más importante estaba por hacerse y él lo sabía. Ganar o perder; en baloncesto no hay empates. Respiró profundo y recibió un pase. Entonces quedaban sólo 15 segundos. Dribling a la izquierda, jugada para desmarcar y carrera por el centro. Tan sólo restaban 10. Ingresó a la herradura y al intentar el lanzamiento lo golpearon. Tiro libre, uno y uno. El silencio fue total y faltaban sólo 7 segundos. Uno, dos, tres rebotes y lanzamiento. El balón coqueteó el aro pero se rehusó a entrar. Sudó frío. Otro más. Sólo dos rebotes, lanzamiento y… pica, pica, pica ¡adentro! Pendientes sólo 5 segundos. Bajó a defender su feudo como un templario, porque una canasta en contra era la muerte. Un contrario intentó lanzar para tres puntos pero él se interpuso y gardeó. Sonó el pitazo final y estallamos en alegría. Corrí como todos a ovacionar al héroe de la jornada y entre vivas y hurras le lanzamos al aire. Yo también quise sacarlo en hombros del coliseo, pero alguien tenía que encargarse de su silla de ruedas.

 

Protestar sin pisotear

Protestas - excusas de destrucción

¿Por qué el sello de la protesta es la destrucción de bienes públicos que al final la gente del común termina por pagar?

Protestar, un derecho humano, esencial y hasta sagrado. Voces unidas que reclaman justicia son gestoras de cambio en nuestra sociedad. Sin embargo, cuando de protestar se trata, parece que muchos dan por cierto que el fin justifica los medios y que en el fragor de las marchas se tiene el derecho de pisotear.

¿Quién dijo que el derecho a la protesta de las masas anula o suspende los derechos esenciales de minorías o individuos? Nada justifica que, por ejemplo, en el reciente paro camionero que vivió Colombia, un pedazo de ladrillo acabara con la vida de un conductor al que no le pareció dejar de trabajar y prefirió seguir adelante con su vida. Podrían haberlo tildado de poco solidario, indiferente y hasta “judas”, pero ¿matarlo? ¿cuándo le suspendieron su derecho a la vida? ¿Qué provecho hay en apedrear buses y estaciones de los sistemas de transporte masivo que no son usados por los poderosos y cuyo cese de operaciones en cambio sí afecta a las personas del común?

Nos volvimos tolerantes a las protestas chantajistas que le bloquean la vida a muchas comunidades y toman de rehén a la opinión pública para presionar acuerdos por agotamiento y no por consenso.

¿Habrá entonces alternativa a la coacción violenta? Sigue Leyendo  

El cielo que te pierdes

Las luces de la ciudad ocultan la grandeza del cielo nocturno sobre nuestras cabezas. Los invito a ver esta hermosa secuencia captada en el desierto de Atacama, lugar perfecto no solo para el observatorio que ahí existe sino también para soñar con el infinito. El cielo que nunca vemos….

ALMA Time-lapse sequences – June 2010 from José Francisco Salgado on Vimeo.

Perdón, querido blog. Perdón

Querido blog,

Mea culpa. Arrepentido vuelvo a tu editor de texto, cabizbajo de la vergüenza por este prolongado, prolongadísimo abandono. No pienso escudarme en la falta de tiempo, o en mi socorrida frase de que “lo urgente no deja tiempo para lo importante”. No cavaré una trinchera en la montaña de trabajo que tengo, ni voy a alegar demencia transitoria porque nada, nada justifica el no haberte refrescado ni con una letra en tantos meses. Me abochornan tus telarañas virtuales, los contadores estancados y los comentarios vacíos, a los que solo les falta el arbusto rodante para verse igual que un pueblo fantasma del lejano oeste.

¿Me creerás si te digo que además de estar arrepentido, he hecho votos sagrados para no volver a abandonarte? ¡No me hagas esa cara, querido blog! Esta vez voy tan en serio que estoy dispuesto a sufrir la penalidad del escarnio público. Por eso, con el servidor  y con WordPress de testigos, le doy carta blanca a mis amigos, a mis lectores (que creo que son los mismos y ya nombrados amigos porque de momento son poquísimos) y hasta a mis enemigos (de ellos tampoco estoy seguro) para que me fustiguen sin misericordia cuando pase más tiempo del tolerable sin venir a visitarte con letras frescas.

Atrás quedarán los días en los que se me acumulaban hasta cinco actualizaciones de tu plataforma o tus plugins se caían de tan viejos. No habrá video de Youtube que sea más importante que tú y no volverás a pasar la vergüenza de que alguien que hace clic en mi firma de correo te visite y te encuentre de sorpresa en tan malas fachas.

Mi blog y yo, luego de reconciliarnos

También me comprometo ser detallista contigo: te sorprenderé con uno que otro widgecito novedoso, te regalaré con exclusividad algunas de mis más recientes fotografías (¿dónde dejé las pilas de la cámara?) y te regalaré dentro de poco un nuevo vestido para que estrenes plantilla y no te quejes más de que pareces un retrato.

Tenme fe, queridísimo blog. Viene un mejor tiempo en nuestra relación. Vendré seguido, movido por el gusto de escribir, y con el aliciente adicional de ser juiciosamente observado por los lectores que ahora me toman el juramento y declaran que “si no lo hiciere que Twitter y Facebook os lo demanden”.

¡Brindemos con un tweet!

P.D. Esta semana tengo mucho que hacer así que ya veremos para cuando el próximo post. Jeje… Es broma querido blog. Voy a dejar programada la próxima entrada.