Tan rápido, tan lento… lo importante es no estar quietos

Mientras lees este texto y crees que estás “quieto” frente a tu monitor, tú estás montando en un carrusel vertiginoso al que llaman Tierra que está girando a una velocidad de 1700 kilómetros por hora.

Si el carrusel frenara en seco ¿te imaginas el porrazo global? Para lesionarse seriamente en un choque de autos basta con ir a modestos 50 kms/hora.

El carrusel también se mueve, en su recorrido interminable alrededor del sol, a 106.000 kilómetros por hora, algo así como 50 veces más rápido que el veloz campeón de los aviones comerciales: el Concorde. Pero ahí no para la cosa. Nuestro mundo azul, el sol y todos los demás vecinos del barrio planetario giran en torno al centro de nuestra galaxia a más de 780.000 kilómetros por hora. La vía láctea, por su parte tiene mucho más afán. En su carrera para embestir algún día a Andrómeda, nos lleva a un trote de un millón de kilómetros por hora. ¡Un millón! A estas alturas, el Concorde y cualquier nave humana luce tan lenta como un caracol.

Y el universo… ¿se moverá también? ¿estará contenido dentro de algo que nuestros telescopios ni nuestros astrónomos alcanzan a percibir? ¿Todas nuestras estrellas y nuestras galaxias podrían ser los brillitos de alguna canica con la que juegan seres de otra dimensión, como al final de “Hombres de Negro”?

No sé qué me asombra más: el que no nos caben en la cabeza las dimensiones del universo conocido o las inquietantes paradojas que se derivan de su observación, desde cualquier punto de vista que lo veamos. Todo va tan rápido y todo va tan lento. Aunque la luz, campeona absoluta de la velocidad, viaja a 300 mil imbatibles kilómetros por hora, cuando llega a nuestros ojos el destello de la explosión de estrellas distantes, ya es noticia trasnochada porque suele pasar que el suceso ocurrió ya hace varios millones de años.

¿Quieto? Nada está quieto. Lo único que no se mueve es el espíritu del que pierde su capacidad de asombro o piensa que la vida no tiene encanto y en consecuencia no se arriesga a descubrir sus secretos.

El universo es sublime, magnificente, inconmensurable y todo lo que quieras… pero hoy, al pensar que puedo definirlo como una danza frenética y sideral que sucede a a toda velocidad, se me hace… excitante.

One thought on “Tan rápido, tan lento… lo importante es no estar quietos

  1. Jollie dice:

    Excitante es poder compartir el infinito estático de dos miradas que se encuentran y quieren detener el instante para poder seguir el frenético ritmo de la acelerada vida que las separa. Tan rápido y tan lento… como el parpadeo que rompe el momento.

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